¿Qué puede hacer la Psicología por ti?
La terapia psicológica básicamente consiste en revisar si el funcionamiento de
nuestra mente y la gestión de nuestras emociones es sano o no.
Normalmente, sumergidos en la vida cotidiana, no nos planteamos
si nuestra mente o la forma en que gestionamos nuestras emociones
son dañinas para nuestra salud.
Cuando tenemos problemas solemos pensar que, aunque vayamos con un
profesional de la Psicología, éste no cambiará los hechos y, por ende, no podrá
ayudarnos. En efecto, el trabajo de un psicólogo/a no consiste en cambiar la realidad ni
mucho menos, pero si en generar nuevas ideas, nuevas perspectivas o formas de
mirar, nuevos pensamientos y conductas más positivas, así como estrategias para
gestionar nuestras emociones, con el fin de afrontar mejor lo que nos toque vivir.
En resumidas cuentas, lo que nos enseña la terapia psicológica es “
El buen uso de la Mente y de las Emociones”.
Por un lado, la terapia psicológica trabaja sobre las habilidades intrapersonales
de la persona, es decir, proporciona un mayor conocimiento sobre sí mismo, enseña
la práctica del autocontrol y la capacidad de motivarse a uno mismo hacia las metas
y objetivos vitales de cada quien. Por otro lado, la terapia abordará las habilidades
interpersonales referidas a la posibilidad de ser empáticos y de mejorar las
relaciones sociales mediante las habilidades sociales.
Vamos a comparar la terapia psicológica como la limpieza que hacemos cada
determinado tiempo en la casa. Limpiamos, restauramos, tiramos lo que no nos sirve y
acomodamos de mejor forma lo que tenemos en ella. Pues se podría decir que en
terapia hacemos lo mismo con la mente: reorganizamos nuestro reglamento interno,
nos hacemos conscientes de nuestro diálogo interior, de cómo nos tratamos, de cómo
gestionamos nuestras emociones y de nuestra forma de actuar, cultivamos pensamientos
sanos, cuestionamos aquello que es dañino y que no nos sirve, ya que argumentándolo
van perdiendo uso en nuestra mente y, lo más importante, redireccionamos el rumbo
hacia aquellos deseos e ilusiones que estaban en el último baúl perdidos en el olvido,
pero que sin ellos la vida carece de sentido.